Carlos Guayaban: “Yo creo que primero tienes que preguntarte qué estás haciendo y hacía dónde vas”

       Desde Pachamama Café el nuevo local de encuentro de la ciudad, conversamos con una de las promesas de la pintura actual en Venezuela. Carlos Guayaban Chacón. Artista plástico de la región de los llanos occidentales.

     Desde los 12 años ya manejaba las acuarelas gracias a un curso de dibujo y pintura dictado por el profesor José Serrana. Diez años consecutivos bastaron para que agarrara rumbo fijo al mundo de las artes. Ya entrada a la universidad el ritmo se le complicó por el cual tuvo que elegir entre el taller y las clases de Diseño Gráfico en el Monseñor de Talabera.

        "La carrera de diseño gráfico te exigía que tuviese disciplina y jamás la dejé, así que la universidad me permitió conocer a otros artistas plásticos. Un profesor que había allá que me invitó al colectivo Juntos y Revueltos y con ellos empezamos a entablar unas reuniones, comunicación y expandir conocimientos e ideas. De todo esto que se generó empezaron a salir colectivas, a preguntar, indagar. Hubo una exposición muy buena porque fue la que me dijo a mí que tenía que ser pintor. Se realizó en Sala Garaje Acarigua hace cuatro años".

     Guayaban aún no sabía si quería ser pintor, diseñador, dibujante o ilustrador a ciencia cierta. Estaba como perdido, algo natural para la edad, aunque siempre quiso ser artista plástico. No pudo irse a la ciudad de Caracas a estudiar la carrera por problemas económico, la UNEARTE fue la escogida para ese entonces, lo único que encontró en las ciudades hermanas y que se asemeja fue el diseño gráfico que también lo consideró. "A la larga el diseño me dio herramientas muy importantes que han ayudado a que tenga otro punto de vista. Jamás hubo frustración porque el diseño te complementaba con la obra porque jamás la dejé, no podía dejar de pintar. No era tan disciplinado en aquel tiempo, pasaba semanas sin pintar pero siempre estaba la idea". 

De la colección "100 Dibujos" lápiz sobre cartulina

    Aún se sigue perdiendo tratando de encontrar, definir su método y modo de pintar llegando a tratar de botar todos sus dibujos por la ventana. "Uno trabaja a cierto ritmo y vas a millón, crees que te la estás comiendo y a veces te detienes y miras y nada, eso no sirve, no funciona lo botas y vuelves y agarras otra vez el ritmo y vuelves a trabajar y  veces salen cosas buenas y cosas malas". Sin embargo Guayaban a estado definiendo su estilo a través de retratar la realidad que vivimos como sociedad, la crítica hacía el sistema político social encontró técnicas sistemáticas. La violencia, el dolor fueron manifestándose en la pincelada. Bastó mirar por la ventana para darse cuenta que todo está muy mal.

       Su primera obra en un lienzo fue el Lago de Maracaibo en el 2007 -lo hizo porque era un paisaje- el cual le quedó horrible, para él lo único bonito eran las nubes y porque su profesor lo ayudó mucho. No pintó otra cosa ya que lo copió de la lámina de un calendario grande con detalles y porque a su mamá le encantaba esa imagen. Para ese entonces Carlos copiaba y no creaba nada, con el tiempo fue que comenzó a crear. 

 

Pieza III del tríptico "Infame" mixta sobre papel de hilo

     Es curioso ya que nace el 2 de Abril, fecha en la que florecen los Apamates y caen las primeras lluvias. Los sentimientos, la sensación y los problemas es lo que lo motiva a pintar, trata de resolverlos cuándo pinta. Si no hay un disgusto no hay motivación; el dolor, el miedo, las molestias, la violencia son las cosas que motivan e inspiran a Guayaban aunque reconoce que la inspiración no siempre está ahí, que trabajas sin ella y cita a Picasso "La inspiración llega a quien agarre trabajando" no podemos esperar a que nos llegue, hay que trabajar y quizás por allí se nos enciende el bombillo. Para el dibujante el optimismo ya está bien y lo que está bien no debe ser retocado. "En estos momentos las sensaciones que experimento personalmente, quizás conduce a que haya un caos reinante en la obra. Es el principal motor que refleja sensaciones que están relacionadas con mi sentir ahora; la forma en la que veo las cosas se relaciona mucho con eso; creo que el optimismo está cuando acabas la obra. Ahí está. El optimismo es acabar la obra y verla y decir está bien o está mal, aunque a veces no terminas la obra, la dejas y ya". 

     Hay dos colecciones que podemos ver en su página www.guayaban.com.ve "Mil Por Segundos" y "La Divina Tragedia". La primera trata de una serie de retratos, de imágenes escogidas al azar para practicar el rostro y era tan rápido dibujando que hacía tres al día (...), esa es la razón por la que le puso "Mil Por Segundos" ya que para él fue un ejercicio. "La Divina Tragedia" define la técnica y está basada en la crítica social de forma metafórica. Ambas colecciones están constituidas de 20 a 28 cuadros. "Si hablamos de cuánto tiempo duré pintando las piezas que están formalmente presentadas como "La Divina Tragedia" son al rededor de dos meses. Esa serie se vino gestando desde hacía dos años, eran bocetos que hacía en el trabajo o cuando llegaba a la casa y dibujaba, poco a poco de ese montón de dibujos fue saliendo la idea". 

De la Colección "Mil Por Segundos" 

     Ambas colecciones están realizadas en pinturas al frío, mixta, acrílicos y lapiceros sobre cartón. En "La Divina Tragedia" está planteado la vida actual del venezolano, ese que hace la cola para conseguir la comida o el medicamento. "Yo creo que primero tienes que preguntarte qué estás haciendo y hacía dónde vas, porque el problema no es solo político, no puedes cambiar a un tipo y pretender que con eso va a cambiar toda la situación; porque el cambio tiene que venir desde el núcleo, la base que viene siendo el mismo pueblo. Si el pueblo no se da cuenta que está haciendo las cosas mal entonces nada va a cambiar. El cambio tiene que ser un cambio de actitud, la forma de solucionarla es darse cuenta que al venezolano por más que digan que es un ser o una persona amistosa, cariñosa, empática; el venezolano de ésta época, esas cualidades se les fue hace mucho tiempo, se convirtió en individualidades, yo tengo que sobrevivir, se le olvidó vivir".